Durante un mes, disfruté de los encantos de una ciudad preciosa, repleta de historia. Aprendí muchísimo inglés, tanto en la escuela, como con la familia con quien vivía, además de hacer muy buenos amigos de todas las nacionalidades posibles.
Con ellos, disfruté al máximo de todas las actividades culturales y lúdicas que ofrece, tanto la escuela, como la ciudad. Para mí, ésta fue una experiencia, sencillamente inolvidable.
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